Hola.
Hoy os incluimos una nueva colaboraciòn. En este caso es de: Alvaro González, entrenador de fútbol sala y psicólogo de profesión.
Nos remite un texto en el que nos habla de la idoneidad de «no imponer», sino màs bien «convencer» a la hora de tratar con los jugadores.
Espero que os resulte tan atractivo e interesante como a mi me lo ha parecido.
Recordaros que estamos abiertos a que nos enviéis vuestras colaboraciones.
Sin màs un saludo
@vallefutsal
Convencer y no imponer
La preocupación por la forma de transmitir de un entrenador son preocupaciones que están surgiendo actualmente y que son de suma importancia. El modelo de entrenador autoritario que establecía un dogma de juego a al cual debían adaptarse los jugadores o morir, parece cada vez más erradicado. El modelo de entrenador que impone a la fuerza una idea evitando que los jugadores opinen, con explicaciones tan poco claras como “porque lo digo yo” parece cada vez más obsoleto en los tiempos actuales.
El modelo que parece obtener mejores resultados es no imponer, sino convencer al jugador de que tu consigna es la mejor. Esto no significa justificarse delante de los jugadores porque eso seguramente debilitaría nuestra figura, me refiero a que el jugador entienda porqué es importante tener lo que tú dices en cuenta.
Para que sea más fácil de entender pondré un ejemplo extraído del libro “Aprender de los campeones” de Pep Marí, un libro muy recomendable. En su ejemplo habla de Rafa Nadal y de su tío Toni que hace la función de entrenador en su staff técnico. En esta situación Rafa acababa de ganar el campeonato de España infantil y debían volver a los entrenamientos para seguir trabajando. Otro entrenador quizás optaría por frases como: “debes seguir entrenando porqué aún no has logrado nada de nada” o “no puedes confiarte porque debes seguir formándote para crecer como tenista”.
El tío de Rafa simplemente lo convenció de manera muy ingeniosa y sin excesiva insistencia a su sobrino. Le llevó una lista con nombres de tenistas y le pidió que le dijera a cuantos identificaba por el nombre, rápidamente Rafa identificó a dos muy famosos que eran Bruguera y Corretja. Su tío asintió y le dijo que esta era la lista de todos los campeones de la historia del torneo que él acababa de ganar. Su tío le dejó claro que si no seguía trabajando él también pasaría a engrosar esa gran lista de tenistas que después de ganar este torneo no consiguieron llegar a los más altos puestos de la ATP en la edad adulta. Rafa no perdió un instante y pidió entrenar muy duro al día siguiente.
En este caso podemos ver como Toni Nadal no utilizó frases como “debes hacer esto porque te lo digo yo”, pero con su actuación consiguió que fuera el mismo Rafa Nadal quien lo demandara. Podemos ver en este caso que fue más efectivo y se consiguió mayor motivación teniendo a un deportista convencido y no obligado.Como entrenadores debemos reflexionar más nuestra forma de transmitir a nuestros jugadores, debemos aprender a persuadir más y a humillar y gritar menos. La exigencia debemos buscarla y despertarla en cada uno de nuestros jugadores, debemos empatizar con ellos y comprenderlos para poder saber cómo convencerlos. Si logramos convencer al equipo nos seguirán pase lo que pase. Si solamente imponemos nuestro criterio cuando por diferentes circunstancias el equipo no funcione los jugadores perderán su confianza en el entrenador.
Para acabar os dejo con una pregunta para reflexionar: ¿Si yo no fuera el entrenador y los jugadores no tuvieran la obligación de obedecerme por jerarquía ellos lo harían porque realmente les he convencido? ¿Los jugadores suelen hacer lo que les digo por inercia o les hago reflexionar a veces después o antes de un ejercicio? ¿Al realizar la charla previa a un partido simplemente digo que vamos a ganar o intento buscar argumentos que sienta que puedan despertar la motivación de mis jugadores como valorar muy positivamente la semana de entrenamiento?.
Álvaro González
Entrenador de fútbol sala y psicólogo de profesión