Ahora bien, el jugador o deportista llega a una edad en la que aun estando todavía en etapas de formaciòn debe ir poco a poco buscando su lugar dentro de un grupo. Hablamos de los jugadores que en muchas ocasiones están alternando sesiones de entrenamiento y partidos con su equipo y con el de nivel superior.
En estos casos nos encontramos desde el punto de vista del reponsable del equipo de nivel superior dos actuaciones: el que utiliza a estos jugadores como mero relleno de los entrenamientos («para que se vea gente») y el que verdaderamente da protagonismo real a los jugadores de la base dentro del entrenamiento.
Desde el punto de vista del jugador de la base que es llamado para entrenar también podemos enumerar diversos comportamientos. Ahora bien, en muchas ocasiones y lo que no podemos permitir son dos comportamientos.
Por un lado el jugador de la base que comparte entrenamientos con el equipo de nivel superior y vuelve o retoma los entrenamientos con su equipo. Vemos muchas veces como la motivaciòn y sobre todo la humildad decrecen a partes iguales. El hecho de haber estado compartiendo entrenamientos, viajes, partidos, etc..con el equipo superior parece erróneamente que les da un estado superior. Error, repito. El jugador que por la circunstancia que sea (calidad, talento, lesión, etc..) comparte entrenamientos o partidos con el equipo superior y luego tiene que volver a entrenar o jugar con su equipo debe ser aún más humilde y debe estar aún más motivado si cabe. No se puede perder el norte por dejar de entrenar o jugar con tus verdaderos compañeros. Hay que regresar con la misma humildad y motivaciòn con la que se fue uno. Además el resto de compañeros estarán muy pendientes de su comportamiento. Sera un referente y nosotros los entrenadores debemos ser los que tenemos que estar atentos a su comportamiento. Somos los que debemos bajarles de la nube y ponerles los pies en la tierra.
Por otro lado esta el jugador que sube sin ambición por los motivos que sean (pensar que no vale para estar ahí, porque cree que no le sirve de nada, etc…). Error. Un día leí que el jugador de la base que sube a entrenar o jugar con el equipo superior debe dar un puñetazo en la mesa y demostrar su ambición. Y es cierto. Ese jugador debe demostrar que quiere estar ahí, que se ha ganado esa oportunidad y que la va aprovechar. Debe meterles miedo a los jugadores con los que va a compartir entrenos o partidos. Deben sentir que este «chaval» viene para quedarse y sumar para el «equipo». No se puede ir a un entrenamiento o partido de un equipo de nivel superior sin esa actitud. El jugador de la base debe ganarse el respeto de sus compañeros a base de demostar que quiere estar en ese grupo, que demuestra ambiciòn y actitud por quedarse.
Un saludo
@vallefutsal